miércoles, 13 de febrero de 2013

UNA Y OTRA (Relato breve de Kike Valbuena)


   Era sé una vez Una que se dio cuenta de que solo era una.
   Aquella tarde, después de pensar largamente, decidió por fin buscar a Otra. Lo cierto es que Otra también había tenido la misma idea y buscaba a Una y claro, no tardaron en encontrarse. Y cuando lo hacen se miran, se quedan así un momento y se desmiran y se vuelven a mirar y se quedan como mudas, en silencio, como atontadas, pero oye, un buen rato. Hasta que Una, después de pensar largamente, se le ocurre que habrá que buscar a Palabra. Otra, que tampoco tiene la palabra, no dice nada, pero claro, para no dejar de ser Otra se va con Una porque, cree, no puede haber Otra si no hay Una y piensa para sí: evidentemente.
   Ni dos minutos tardaron en encontrar a Palabra que andaba por ahí de marcha entre libros, revistas, bares y terrazas. Palabra nunca para, por eso es fácil dar con ella y luego, qué gracia, justo en el momento en que pudieron hablar, mira por donde, pasó por allí Sorpresa, que es toda una experta en presentarse en el momento más inesperado y, a ver, imagínate...
—¡Ya podemos charlar!
—¡Sí, por fin!
   Y las dos:
—¡Sor-pre-sa, Ja,ja,ja!,
   Y así, de esa manera, comenzó la comunicación entre Una y Otra y bueno, se liaron a hablar, hablar, hablar hasta que un día ya no sabían que decirse. Sí, de pronto, se quedaron sin temas de conversación y antes de que pudieran evitarlo, se coló en casa Aburrimiento, y  peor aún: se quedó.
   Madre del amor hermoso, ¡qué tío!, pero si solo para presentarse ya se le caían los bostezos!
—Hooooolaaaaaaauuuuuuu....Sooooooyyyy aburrimieeeennntooooaaaaauuuu.
   Patético, pero, no solo eso. Era como contagioso. No. Mejor dicho, era algo así como... o era al revés, que era como algo así...Perdón, les aburro.
   Menos mal que Una y Otra ya tenían palabra y después de pensar larga, largamente porque hasta pensar les aburría ya, decidieron de manera urgente buscar a Alegría. Pero, imposible. No hay manera de hallarla cuando está el tal Aburrimiento cerca. Menos mal que se quedó sin pilas el mando a distancia de la tele y cuando bajó al sótano a por unas nuevas, Otra que pasaba por ahí, ¡Zas!, lo encerró. Justo en ese momento, mira tú por donde, pasaba por ahí Alegría.
  Sí, Alegría, avisada finalmente por Ausencia, se presentó con su gran amigo Humor.
—No me extraña nada que tengáis por ahí encerrado a ese plomo de Aburrimiento. Ya decía yo cuando he visto venir a Ausencia que aquí faltaba algo, pero si salta a la vista que esta casa está privada de toda personalidad.
  En un momento Alegría se puso a discutir con Humor entre risas (creedme) y después, en silencio pensaron larga, largamente y...
  ¡Caña al móvil!
  Abrir y cerrar de ojos es lo que tardó en aparecer Música y en su compañía los Ritmos, esos gigantes enanos que se cuelan en todas partes.
  Poco después hizo acto de presencia su Majestad Amistad. ¡Qué personalidad de personaje! ¡Qué personaje de Personalidad! Siempre presentándose a todo el mundo, venga a dar la mano y venga a dar besos y abrazos. Qué pesado. Menos mal que por si surgían asperezas llegó con una lima ese que tenía nombre compuesto, un tal Buenrollo. Nombre más raro ¿verdad?
  Saludando con cortesía, entró en escena una chica así como muy hippy, Cultura. iUhmmm! no puedo describirla de otra manera, era mirar sus ojos de arco iris e iniciar un viaje a todas partes. Y sus palabras, yo me di cuenta, sus palabras permanecieron para siempre entre Una y Otra.
  Y bueno, la verdad es que si primero fue buscar y luego llamar, lo siguiente fue un no parar de llegar personalidades como sonriendo lo hicieron Simpatía y Felicidad, la inquietante Danza, luego Compañía y su inseparable amiga Cercanía, agarraditas de la mano. Y cuando estaba el ambiente bien animado apareció, como no, la extravagante Locura dando brincos y gritos de acá para allá haciendo volar las gasas de su vestido rojo.
 Y ya se acabó de liar: ¡DIS-CO-TE-QUE!
  Atraída por el jaleo hizo acto de presencia Provocación con todo su repertorio de miradas furtivas y a su lado, la más sexi de la noche: Tentación, seductora, transparente y excitante. Tras ellas sin perderlas nunca de vista, Madame Pecado, Reina de la elegante sinuosidad.
  Y pasar de horas traviesas de colores que se mezclan con las brumas de las invisibles esporas... Hasta que llegó un nuevo y extraño invitado que ni Una ni Otra conocían.
—¿Quién eres?
—¿Cómo te llamas?
—Mi nombre es y siempre será aquel que más deseéis.
  Entonces Una y Otra, se acercaron, no pensaron larga, largamente y se besaron.

* * *
Copyright Kike Valbuena
Pasarón de la Vera (Cáceres)
Diciembre, 2012

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